Un valor añadido

Serie: Cuéntanos tu día a día

Los primeros meses tras la decisión familiar de no volver al instituto reconozco que no fueron muy allá. Vivo en un pueblo pequeño y con 12 años la gente tendía más a preguntarme a mí que a mis padres, por lo que decidí no salir de casa porque no sabía muy bien qué contestar.

Nunca fui un chico de cuadrillas ni de amigos íntimos, por lo que la mayoría de los conocidos de escuela que tenía se fueron distanciando de mi, hasta quedarme con uno o dos amigos con los que quedaba muy esporádicamente.

Mi día a día se resumía en compartir las tareas de casa, jugar a videojuegos, hacer escalada cuando tocaba y pasar tiempo en familia, porque la verdad es que lo académico no me iba mucho y mis padres me permitían no dedicarme a ello. Pero esperaba con muchas ganas los encuentros de ALE de Primavera y Verano, donde me juntaba con los que consideraba mis verdaderos amigos a los cuales veía a través de una pantalla casi diariamente y con los que sentía lo que realmente es una amistad.

Los años fueron pasando y ya con 16 me ví con energía y autoestima suficiente como para empezar a dar mis primeros pasos hacia una vida social con gente de mi edad en mi entorno más cercano. Y salió bien, porque encontré un grupo de amigos con los que hago lo que se hace con estas edades.

A día de hoy, con 18 años, además de vivir una vida social muy intensa he conseguido sacarme la ESO a través del IVED (Instituto Vasco de Educación a Distancia), voy diariamente al euskaltegi para conseguir la titulación oficial (actualmente tengo el B2 y voy a por el C1), entreno atletismo 3 días por semana y soy monitor en el pueblo donde vivo y en una ikastola en la que también hago de monitor de autobús y bueno, ahora ando decidiendo cómo enfocar mi próximo curso escolar.

Y bueno, que lo que quiero decir es que las cosas llegan cuando llegan, y que aunque inicialmente me sentí un poco apartado a nivel social, lo que antes veía como una rareza en mi personalidad ahora lo veo como un valor añadido. Estoy orgulloso de lo que soy, de lo que me han permitido hacer y de haber podido compartir con mi familia tiempo de calidad ganando la confianza que a día de hoy tengo con ellos.

¿Te animas a contarnos tu día a día?
Escribenos a aleredessociales@gmail.com y cuéntanos tu historia!