“Educación” y el origen olvidado

Para entender la verdadera naturaleza de esta poderosa palabra, necesitamos retroceder al siglo XVII.

La palabra realmente deriva de 4 palabras latinas:

(i) Educare que significa «criar» o «levantar»
(ii) E y Duco donde “E” significa “fuera de” y “Duco” significa “extraer”
(iii) Educatum que significa «Acto de Enseñanza / Formación»
(iv) Educere que significa «sacar» o «extraer»

Todas estas definiciones nos suenan lógicas y con sentido, y aún la mayoría de ellas siguen siendo muy relevantes en nuestro sistema educativo moderno. Sin embargo, debemos centrarnos más en la palabra EDUCERE.
Parece como si el sistema escolar se hubiese desprendido del auténtico significado de educación.

El objetivo de la «educación» permanece inmutable; desarrollar y alimentar las cualidades y capacidades del ser humano, sacar y extraer el potencial de cada individuo y desarrollar las capacidades internas de la persona.

La clave aquí es el concepto de SACAR o EXTRAER. Denota que la curiosidad por aprender ya existe en nuestro interior y que a un individuo no se le necesita alimentar constantemente con tajaditas de información. Describe un proceso muy natural y evasivo, uno que la mayoría de los educadores en el hogar practican día tras día.
En la publicación anterior, discutimos la importancia del medio, y por medio nos referimos a la ubicación, el entorno, los recursos, el amor, el cuidado y la atención prestados a un individuo. Un ambiente adecuado siempre SACARÁ lo mejor de un niño y le ayudará a aprender, pero debemos recordar que éste es un proceso natural que requiere no ser forzado.

Pero entonces, ¿las escuelas realmente hacen esto?

Ocasionalmente sí, pero la mayoría de las veces no tienen los recursos o el tiempo disponible para cuidar y proveer a un individuo con los cuidados que éste necesita. Escuelas y maestros sufren con frecuencia de sobrecarga laboral y se enfrentan continuamente con problemas para llegar a los contenidos educativos mínimos. Los profesores dan las respuestas que los estudiantes han de aprender de memoria. Frente a la belleza de desbloquear naturalmente el conocimiento y la comprensión, ésta ha sido reemplazada por fichas y libros de texto, utilizando las tradicionales y desfasadas clases magistrales, hecho para las masas.

¿Por qué a tantos estudiantes de sexto curso no les gusta la escuela?

¿Qué pasó con ese niño tan lleno de curiosidad que tiempo atrás estuvo tan ansioso por aprender, por explorar nuevas ideas?


La curiosidad natural de un niño debe preservarse cuidadosamente, ya que es la clave para un aprendizaje efectivo. Guiar y observar a su hijo mientras explora el mundo que le rodea es una de las partes más hermosas de ser padre.

No hay un solo padre en el planeta que voluntariamente estorbe y obstaculice a su hijo de tal fin, y sin embargo, esto es lo que sucede a nuestro alrededor.

Luchemos por liberar y preservar al niño curioso que lleva dentro.

Escrito por Lee, socio y colaborador de ALE.
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