Tiempo para la vida, por Malvina Sellanes

Desde hace unas semanas hemos abandonado un poco la rutina que traíamos, las mañanas eran más estructuradas, haciamos un poco de matemáticas, leíamos cuentos, un poco de manualidades, llegaba la hora de la comida y la hacíamos entre todos, en la tarde volvíamos a jugar, como era verano hicimos mucho ejercicio al aire libre. Pero en abril nos dijeron que la familia iba a crecer, asì que todo cambió. Vinieron las visitas al doctor, ecografìas y exámenes a mamá, y lo más importante de todo decírselo a nuestro hijo.
Tengo grabada en mi memoria su carita de alegría cuando se lo dijimos, lo gracioso es que ya lo había pronosticado un par de semanas antes.
Entonces nuestras actividades se centraron en un tiempo a buscar por internet y en libros como crecía un bebé dentro de la panza de mamá, por donde saldría, como comìa, porque tardaba tanto todo el proceso, el bombardeo de preguntas ha sido infinito. Pensábamos que todo iba a ser casi perfecto hasta que empezaron los malestares de él, empezó a cambiar su humor, unos dias estaba nervioso, otros se peleaba con su padre o conmigo por cualquier cosa, se desordenó la rutina diaria y así una larga lista. ¿Por qué escribo sobre esto? porque siempre que me dicen que tengo a mi hijo sobreprotegido o aislado pienso inmediatamente que lo siento cerca de la vida y de todos sus procesos, sean malos o buenos, tiene tiempo, espacio y dedicación de nuestra parte para llorar, descargar sus frustraciones y rabias, ha tenido tiempo para ver como va creciendo su hermana, y a pesar de los abstracto que pueda ser para él en algunos momentos està aprendiendo a quererla. Tiene todo el tiempo del mundo para vivir este proceso.
Y si me preguntan sobre sus conocimientos , puedo asegurar que tiene una visión mucho más real , va más allá de láminas e ilustraciones. Lamentablemente no va a poder presenciar el parto como el quería porque las cosas han seguido otro curso, pero por lo menos tiene la oportunidad de dormir abrazado a la panza cada noche, su hermana solo se queda quieta si yo duermo mirando hacia él , es increíble no? .
Hemos hecho otras cosas también y poco a poco recuperamos algunas actividades diarias, me sigue sorprendiendo sus ganas de aprender.
Cada día agradezco esta oportunidad de poder estar con mi hijo, es tan diferente un día de otro, no hay tiempo para el aburrimiento, y quiero felicitar a todos los que igual que nosotros han tomado este camino.
¡Salud y viva la vida!.
Malvina Sellanes